Módulo 1

Introducción al agroturismo

Visión general

Este módulo representa la introducción al sistema de formación de STAY y establece el marco conceptual para el resto de los módulos. Abarca elementos generales básicos como la definición del concepto de agroturismo, su evolución, el mercado mundial, algunas buenas prácticas, aspectos legales y algunas tendencias del sector, proporcionando una buena gama de ejemplos internacionales.

El texto incluye numerosos enlaces externos a documentos adicionales disponibles en Internet, que permitirán ampliar y completar los contenidos aquí desarrollados.

Objetivos de Aprendizaje

Conocimientos

El alumnado será capaz de identificar las principales características, contexto y evolución del agroturismo y diferenciarlo de otros nichos de mercado turístico.

Habilidades

El alumnado podrá profundizar en los conocimientos proporcionados y adaptarlos a su contexto específico, identificando así las prácticas más compatibles con el agroturismo.

Competencias

El alumnado será capaz de dedicarse al agroturismo o de reconducir una empresa turística existente para que se adapte mejor a los principios del agroturismo.

Contenidos

Definición de agroturismo

Agroturismo, agriturismo, agri-turismo, agroecoturismo, turismo en granjas, granja de vacaciones, turismo en granjas, etc. Distintas palabras para definir el mismo concepto, a veces con pequeñas diferencias entre ellas. Cuando añadimos términos como gastroturismo, enoturismo, oleoturismo, ecoturismo, turismo verde o turismo rural, que a menudo se solapan, podemos comprender fácilmente la confusión acerca de este nicho de mercado turístico tanto en la literatura académica especializada como en el márquetin turístico.

El trabajo conceptual en el campo del agroturismo comenzó en la década de 1980. Transcurridos unos cuarenta años, el concepto de turismo rural actúa como paraguas para modalidades turísticas que tienen un escenario común (el entorno rural,[1] en contraposición a la ciudad), pero presentan características diferentes tanto en términos de oferta como de demanda turística, lo que da lugar a la existencia de varios segmentos turísticos o nichos de mercado, como el ecoturismo, el agroturismo (y todos los términos similares enumerados al principio), el gastroturismo, el enoturismo, el turismo ornitológico, los deportes de aventura, el camping y el glamping, etc., que a menudo se solapan en el mismo lugar; los límites entre ellos son a veces difusos.

Dado que no existe una definición oficial de agroturismo a nivel mundial, este módulo comenzará estableciendo los principios fundamentales sobre el tema para llegar a una definición práctica para los fines del proyecto STAY. Consideraremos el agroturismo como aquella modalidad (o nicho de mercado) de turismo rural que se desarrolla como complemento de renta a la producción agraria y en la que la principal motivación de los turistas es la práctica de actividades vinculadas a los oficios agrícolas y al estilo de vida agrario (este es el elemento diferenciador), junto con los propietarios de la explotación.

Como ya se ha dicho, el elemento clave del agroturismo es la actividad agrícola y el propio modo de vida rural. Así, los agroturistas quieren sumergirse en el mundo rural, conocer a los agricultores y a sus familias, conocer de primera mano, e incluso participar, en algunas de las tareas del campo, como ordeñar una vaca o una cabra, dar de comer al ganado, recoger frutas o verduras del huerto, participar en el laboreo de la tierra, la cosecha de los cultivos, hornear pan o pasteles, hacer queso o mermelada, cocinar recetas tradicionales, etc., y degustar y comprar los productos de la granja (y de los vecinos). Por supuesto, pueden visitar los alrededores e incluso participar en otras actividades (visitas culturales, senderismo, equitación, deportes de aventura, bienestar, observación de aves, etc.), pero estas sirven como complemento, no como objetivo principal de las vacaciones. De lo contrario, se clasificaría como turismo rural y no como agroturismo. El alojamiento es un requisito fundamental para que una experiencia se considere turística; sin él, nos referiríamos a la recreación (según la definición de turismo de ONU Turismo).

El concepto de turismo rural según ONU Turismo (UNWTO)
Figura 1: Source: Nulty, P. M. (2004). Keynote Presentation: Establishing the Principles for Sustainable Rural Tourism, Rural Tourism in Europe: Experiences. Development and Perspectives, WTO, 2

En resumen, el agroturismo es una forma de disfrutar de unas vacaciones diferentes, contribuyendo a mantener vivos los oficios tradicionales y la economía rural. Pero, al mismo tiempo, incluye un claro componente educativo (se basa en el conocimiento del trabajo y la vida en el campo) y social (los turistas comparten conocimientos y experiencias con la población local y participan en la cultura y las tradiciones del territorio que visitan). Así pues, este tipo de turismo lo suelen practicar personas que han crecido en las ciudades y no están muy familiarizadas con el trabajo en el campo, pero se sienten muy atraídas por él, incluso como tiempo de ocio.

En conclusión, el agroturismo es algo más que turismo rural; es una forma de turismo en la que la propia finca agrícola sirve de atracción principal. Los límites difusos y el solapamiento con otras modalidades turísticas son habituales y el significado del concepto muestra algunas diferencias entre territorios. Así, lo que se define legalmente como agroturismo en algunos lugares puede no considerarse como tal en un territorio diferente (¡incluso en el mismo país!). Y, por último, llegamos a la comercialización: un alojamiento situado en el campo con solo un pequeño zoo de mascotas para niños y un modesto huerto dista mucho del modelo de agroturismo que STAY pretende impulsar en el campo europeo.

¿Qué es el agroturismo según STAY?

STAY pretende volver a lo básico:

S es de «still”, “slow”, “sustainable” (tranquilo, lento, sostenible), porque así es como queremos que se desarrolle la actividad, la forma en que los turistas disfrutan de su tiempo en el territorio rural. No pretendemos fomentar cualquier tipo de turismo, aunque se desarrolle en el medio rural, sino aquel que tiene la granja, el mundo rural y el patrimonio rural como principales factores de atracción para los usuarios.

T de «tourism” (turismo), un tema clave del proyecto. En sentido estricto, no hay turismo sin alojamiento: los turistas no son solo visitantes.

A de «around” (alrededor), porque hablamos de turismo de proximidad, de disfrutar de la vida en la granja y visitar lugares cercanos. Y por «agriculture» (agricultura), porque la finca es el otro tema clave: nuestros turistas quieren sumergirse en el mundo rural, conocer de primera mano y participar en algunas de las tareas del campo. Pueden visitar los alrededores e incluso participar en otras actividades, pero estas sirven como complemento y no como objetivo principal de las vacaciones.

Y es por «yard” (patio), que refuerza tanto las ideas de cercanía como de jardín (por tanto, de agricultura). Y también tiene que ver con «you” (tú), es decir, con encontrar experiencias que permitan a los turistas conectar consigo mismos.

Figura 2: La observación de aves puede ser una actividad complementaria al agroturismo

Historia del agroturismo

En el contexto europeo, el agroturismo se remonta a principios del siglo XX: en el Tirol, los Alpes alemanes y Baviera (vinculado al montañismo y el alpinismo) y en Inglaterra (como bed & breakfasts). Cuando el sector de la hostelería estaba surgiendo y las actividades turísticas eran aún un privilegio para unos pocos, los viajeros solían alojarse en casas de campo, compartiendo tiempo y mesa con los anfitriones.
Figura 3: Senderismo junto al glaciar Pasterze, en el Tirol austriaco

Eso fue antes del auge mundial del llamado turismo de masas, sobre todo de sol y playa, en la década de 1960. Después, a partir de los años 60, el turismo agrícola/rural (el concepto de agroturismo aún no había aparecido) se extendió a varios países, como Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Francia, España e Italia. Más tarde, en los años 80, muchos gobiernos adoptaron este modelo como solución a la crisis de la agricultura familiar, sobre todo gracias a la financiación europea para la agricultura y el desarrollo rural. En consecuencia, multitud de masías, fincas, lagares, casas de aldea, molinos, etc., se acondicionaron como alojamientos rurales, buscando la diversificación económica, la complementariedad de rentas y una fórmula de revalorización del patrimonio familiar rural. Muchas de las normativas regionales o nacionales más antiguas sobre agroturismo o turismo rural datan de los años 70 y 80, como en Italia, Portugal o las regiones españolas de Cataluña y el País Vasco.

El Tratado de Roma de 1957, por el que se constituyó la Comunidad Económica Europea, estableció varias medidas económicas y sociales, entre ellas la creación de una Política Agrícola Común (PAC) con dos objetivos principales: garantizar un nivel de vida justo para la población agrícola y asegurar el abastecimiento de los consumidores a precios bajos, y aumentar la producción agrícola y estabilizar los mercados. A partir de 1992, la PAC evolucionó desde un enfoque productivista tradicional (proporcionar alimentos a los ciudadanos a precios asequibles y garantizar una renta decente y razonable a los agricultores) hacia un enfoque ruralista y multifuncional (sobre todo después de la Agenda 2000). La producción agrícola sufrió una revolución: no solo había que producir alimentos, sino que había que hacerlo de forma respetuosa con el medio ambiente, con la PAC como garante. Por tanto, la agricultura multifuncional produce tanto bienes privados (alimentos, materias primas de origen agrario o agroturismo) como bienes públicos, que se dividen en sociales (contribución a la viabilidad de las zonas rurales desfavorecidas, protección de los valores culturales y patrimoniales asociados al medio rural o protección contra la despoblación rural) y medioambientales (protección de los valores paisajísticos, fomento de la biodiversidad y reducción de los procesos de erosión del suelo).

Se han dedicado muchos millones de euros de la financiación de la UE a impulsar iniciativas de turismo rural en el campo, muchas de las cuales se desarrollaron en granjas y fincas rurales activas (agroturismo). Se pueden identificar muchos ejemplos, como inversiones para restaurar edificios antiguos como alojamientos (granjas, establos, etc.), construir o renovar bodegas y queserías para acoger a los visitantes, etc.

Toda esta financiación ha procedido únicamente del sector de la agricultura (y el desarrollo rural) de la UE, pero se han dedicado más fondos a impulsar el agroturismo tanto directa como indirectamente en la UE a través de otros medios, como los fondos EQUAL, Erasmus+ o Next Generation. Desde un punto de vista global, hay que destacar los esfuerzos realizados por los gobiernos nacionales, regionales y locales con cargo a sus propios presupuestos, así como los de territorios no pertenecientes a la UE.

Las inversiones públicas y privadas en agroturismo a lo largo de los años han motivado un florecimiento del sector, aun cuando las cifras comparadas con el turismo de sol y playa están muy por debajo.

El agroturismo no es hoy lo que era, ya que nuestra sociedad es muy diferente de la de principios del siglo XX. De alguna manera, tras medio siglo en el que el turismo ha pasado de ser una práctica residual al alcance sólo de unos pocos privilegiados a un fenómeno global de masas, motor económico de muchos territorios, mientras el modo de vida rural tradicional está en peligro, y nuestra sociedad se digitaliza a un ritmo vertiginoso, nos encontramos ante un agroturismo 4.0 que mantiene muchas de las motivaciones y prácticas de los turistas pioneros, actualizadas con las necesidades y tendencias actuales. Además, las tendencias más recientes del turismo rural son plenamente compatibles con el agroturismo más auténtico.

Panorama general del mercado del agroturismo

Solo se recogen datos sobre agroturismo en unos pocos destinos, ya que este nicho de mercado suele solaparse con otros, como el turismo rural o el ecoturismo (para más información, véase 1.1.1), y no suele haber un interés específico por parte de las autoridades turísticas, agrícolas o de desarrollo rural en recoger los datos sobre agroturismo por separado.

Dado que STAY es un proyecto financiado por Erasmus+, este módulo de formación se centrará en ejemplos europeos, a pesar de incluir algunas referencias a otros países.

El mejor con diferencia, al menos a nivel nacional, es el Observatorio Italiano del Agroturismo. La Ley Nacional Italiana de Agroturismo (Legge 20 febbraio 2006, n. 96, disciplina dell’agriturismo) prevé su creación. El objetivo del observatorio es facilitar el intercambio de experiencias a nivel nacional sobre el estado del agroturismo y complementarlo con datos sobre el tamaño del sector para elaborar un informe sobre su situación actual. Cada año se elabora un estudio que sigue las tendencias del sector y presenta una instantánea de la situación en cifras y datos.

El Informe sobre Agroturismo y Multifuncionalidad, ahora en su séptima edición (2024), elaborado por el Instituto de Servicios para el Mercado Agroalimentario (ISMEA) en el marco de las actividades de la Red Rural Nacional, pretende ser una herramienta de orientación, conocimiento y análisis del sector para apoyar las decisiones de instituciones, partes interesadas y agentes privados. Se analizan los principales indicadores y evidencias del mercado agroalimentario italiano (tanto de la oferta como de la demanda, utilizando datos ordenados por regiones o tipo de actividad).

En algunos países, como en España, se recogen datos sobre el turismo rural a nivel nacional. El Instituto Nacional de Estadística actualiza cada año la (Encuesta de ocupación en alojamientos turísticos extrahoteleros – EOAT); el Ministerio de Agricultura elabora un Censo Agrario, aunque no se actualiza regularmente (la última edición fue en 2020); y dos plataformas privadas de turismo rural (Escapada Rural y Clubrural) gestionan su propio observatorio con encuestas (casi) anuales. Lamentablemente, estas fuentes no distinguen entre establecimientos de agroturismo y otros alojamientos rurales (consulte los Informes Nacionales y el Informe de Síntesis para más detalles en stay-erasmus.eu/es/recursos).

Por consiguiente, no es posible ofrecer una visión general del mercado mundial o europeo del agroturismo, sino solo sobre lugares concretos y, a veces, incluso a partir de investigaciones a medida (existen varios trabajos en la literatura especializada), ya que suelen faltar datos precisos.

Buenas Prácticas en Agroturismo

Como se ha descrito en secciones anteriores de esta unidad, no existe un enfoque único del concepto de agroturismo y el contexto marca realmente la diferencia (por ejemplo, debido a un reconocimiento legal desigual de la actividad). Así pues, este módulo de formación se centrará en las iniciativas que mejor se ajustan al concepto de agroturismo del proyecto STAY (ver sección 1.1.1) y, por tanto, destacará algunas buenas prácticas.

El primer grupo se refiere a los estudios de casos desarrollados por los socios de STAY en el marco del proyecto. Se han identificado 18 empresas de agroturismo porque muestran historias de éxito en el emprendimiento en el campo europeo, dirigidas por agricultores. Proporcionan una imagen clara de las oportunidades y los retos para los empresarios, al esbozar los conocimientos, habilidades y capacidades necesarios para poner en marcha y gestionar empresas de agroturismo. Consulta los casos prácticos en la sección del sitio web del proyecto STAY .

Figura 4: Algunos casos prácticos de STAY

Más allá de nuestro proyecto, cabe destacar dos iniciativas francesas. La primera es Accueil Paysan (que significa «acogida campesina»), una red de personas que ofrecen servicios de hotelería en sus casas, en la granja y en el campo. Se creó en 1987. Los miembros de la red se agrupan en asociaciones locales. Juntos forman la Fédération Nationale Accueil Paysan, con sede en Grenoble (Francia). Actualmente cuenta con 800 integrantes en Francia y 230 más en 32 países. Los miembros participan en la gestión, animación y construcción de la red a través de comisiones o grupos de trabajo a nivel nacional y/o local.

La red Accueil Paysan existe para construir, defender y promover la agricultura campesina y un mundo rural diverso, solidario, ecológico y vivo. Sus miembros abren su espacio vital a visitantes y turistas y les dan la bienvenida para una estancia, una comida, un evento o una degustación de productos, pero también para descubrir su profesión, su cultura y su territorio. Pertenecer a Accueil Paysan es más que ser miembro de una asociación turística o de agricultores: es toda una filosofía de vida. Por eso Accueil Paysan fomenta un turismo abierto a todos, evitando el turismo de masas, y promueve la riqueza y la calidad de las relaciones humanas situando la convivencia y la autenticidad en el centro de sus prácticas. Además, cuenta con el firme apoyo de la Asociación de Amigos de Accueil Paysan, cuyo objetivo es fomentar y promover un modelo de turismo solidario. Las actividades de formación para los socios, los intercambios entre pares y los comités de trabajo permiten a los miembros de la red mejorar sus competencias.

El segundo ejemplo de Francia es Bienvenue à la ferme (que significa «bienvenidos a la granja»). Esta red, nacida en 1988, está coordinada por el Servicio de Cámaras Agrarias de Francia y apoya a 10.000 productores locales a través de asesores regionales en todo el país. Los miembros de Bienvenue à la Ferme se comprometen a ofrecer productos agrícolas de alta calidad, a recibir a los clientes con un trato personalizado y profesional en un ambiente cálido, y a actuar como embajadores de una agricultura sostenible y responsable. Se esfuerzan por mantener las tradiciones agrícolas profundamente arraigadas en la tierra, garantizando la conservación de nuestro patrimonio agrícola común. Sus granjas suelen formar parte de un entorno auténtico, rico en historia, tradiciones rurales y conocimientos en un entorno natural preservado.

Por último, hay que destacar el esfuerzo realizado por muchos establecimientos de agroturismo para convertirse en un negocio más respetuoso con el medio ambiente. Por ejemplo, según una encuesta del Observatorio del Salón Nacional del Agroturismo y la Agricultura Multifuncional (AGRIeTOUR) en Italia durante 2024 (+3.000 empresas, 110 operadores turísticos), el 76,8 % de los agroturismos consideran muy importante, casi un elemento discriminatorio en la elección de los turistas, el ser percibidas como empresas ecológicas y preocupadas por la sostenibilidad. Así, el 73,6 % de los negocios encuestados afirman haber implantado soluciones tecnológicas de ahorro energético. Entre ellas, el 29 % de los agroturismos están invirtiendo en tecnologías y sistemas de domótica para controlar los dispositivos electrónicos dentro de la instalación, mientras el 23,2 % de los empresarios agroturísticos están intentando enriquecer sus entornos con mobiliario basado en materiales sostenibles. Y más del 50 % de las empresas participantes en la encuesta están implantando (o estarían dispuestas) herramientas de inteligencia artificial.

Normativa sobre Agroturismo

Al no existir una definición global del agroturismo, el marco jurídico de este tema es desigual y diverso. No solo a nivel nacional, sino incluso a nivel regional, donde se pueden identificar diferencias entre territorios según su propia regulación.

Se puede pensar que la razón de la falta de reconocimiento legal y de regulación del agroturismo en cualquier territorio está relacionada con el escaso desarrollo de esta actividad, pero Austria, Francia o Alemania se encuentran entre los países pioneros en el desarrollo del turismo rural (agroturismo) y acogen a cientos de miles de agroturistas en total cada año y no han aprobado ninguna normativa sobre el tema. Por tanto, en cada territorio intervienen múltiples y diversos factores. El contexto es crucial.

Marco legal del agroturismo en algunos países

Sin normativa nacional Normativa nacional Regulación a nivel regional (pero no nacional)
Alemania, Austria, Francia, Países Bajos, República Checa y Suecia.
Italia, Panamá, Portugal, Eslovenia.
Argentina, España, Estados Unidos de América.

Cuando existe una normativa sobre agroturismo, suele depender de las autoridades agrarias, ya sea a nivel nacional o regional, pero a veces las competencias legales recaen en las autoridades turísticas o incluso en ambas, como en las Islas Baleares (donde el agroturismo se regula tanto con una ley agraria como con un decreto turístico).Argentina, España, Estados Unidos de América.

El caso español es llamativo. El agroturismo se reguló por primera vez en Cataluña (1983) y el País Vasco (1988), por decreto, y lo identificaron como un servicio de alojamiento rural prestado por agricultores, como complemento de renta, e integrado en una finca agrícola. En aquel momento, solo se contemplaba el agroturismo. Sin embargo, a partir de los años 90, el concepto evolucionó hacia un turismo rural más genérico en el que se difuminó el vínculo entre la actividad productiva agraria y el alojamiento de huéspedes, y el agroturismo perdió su relevancia jurídica. Actualmente no existe ninguna normativa nacional, y todas las regiones españolas tienen normativas sobre turismo rural, pero solo diez hacen referencia explícita al agroturismo. El enfoque del agroturismo varía según la región. En algunas comunidades autónomas se define como un tipo específico de alojamiento rural, mientras que en otras se considera una categoría amplia que se aplica a todos los establecimientos de turismo rural. Además, dos regiones incluso reconocen el agroturismo sin exigir una pernoctación. Todas las regiones (menos una) identifican el agroturismo como un complemento de la renta agraria, pero solo una ha aprobado una normativa específica sobre agroturismo, mientras que las demás solo regulaban el turismo rural, e incluso dos de ellas cambiaron el ámbito de aplicación del agroturismo al turismo rural hace algunos años (ver el informe sobre agroturismo en España).

Digitalización

El turismo es uno de los sectores que más intensamente está incorporando la tecnología. Los agentes del turismo rural deben utilizar las tecnologías para innovar y ofrecer nuevos productos, servicios y modelos de negocio a sus clientes, así como para reinventarse, mejorando sus procesos y la calidad de sus productos.

También es, en parte, un legado de la pandemia. La mayoría de las industrias están experimentando los resultados de los avances tecnológicos y el creciente predominio del mundo digital, y cada vez dependemos más de internet y las redes sociales en el ámbito personal. Por ello, el sector turístico está incorporando herramientas y procesos digitales y telemáticos: big data, IA, internet de las cosas (IoT) y sensores, márquetin digital, redes sociales, servicios en línea, automatización de procesos, domótica, etc. La adopción de tecnología en el turismo está relacionada sobre todo con el márquetin y la distribución, y está menos orientada a la mejora de la productividad, mientras que las tecnologías más avanzadas (big data, márquetin de relaciones con los clientes, etc.) siguen estando infrarrepresentadas. Y el sector del agroturismo, a pesar de la brecha digital que a menudo se experimenta en el campo, no es ajeno a esta tendencia.

Podemos mencionar dos ejemplos.

El tema principal de la 22ª Exposición Nacional de Agroturismo y Turismo Rural (AGRIeTOUR 2024), la principal feria sobre agricultura multifuncional y agroturismo celebrada en Italia, fue la inteligencia artificial en el mundo de la agricultura y el turismo rural. En consecuencia, la feria abordó el reto de la inteligencia artificial en el sector (AGRI@INTELLIGENCE), tratando de conocer mejor cómo mejorar la experiencia del viajero, personalizar los servicios prestados y mejorar la gestión de las hospitalidades.

A principios de 2023 se presentó la Federación Digital de Turismo (FEDITUR), una alianza nacional de asociaciones españolas de turismo rural y de interior[1] cuyo objetivo es avanzar en la digitalización del sector. FEDITUR se creó para ayudar al sector a implantar las nuevas tecnologías en la gestión de sus establecimientos con el fin de maximizar la rentabilidad y la eficiencia operativa, y prestar servicios tecnológicos avanzados de gestión. La digitalización, por tanto, ofrece una oportunidad para el trabajo colaborativo y en red.

Experiencias y Personalización

En los últimos 30 años, el mismo lema: «La demanda turística mundial está cambiando, surgen nuevas tendencias». Los turistas son más experimentados y exigentes y, por tanto, buscan nuevos lugares, nuevas actividades, nuevos retos y nuevas experiencias. Los límites del turismo se están ampliando. El turismo rural se ha identificado en todo el mundo como nueva tendencia turística durante décadas, mostrando cifras crecientes año tras año, pero aún muy lejos del turismo de sol y playa. La pandemia global generada por la COVID-19 motivó rápidos cambios en la demanda turística: desplome de las llegadas internacionales, aceleración del proceso de digitalización del sector (big data, inteligencia artificial, IoT y sensores, procesos telemáticos), cambios en las prioridades de los turistas (más preocupados por la seguridad y la salud, demandando espacios abiertos para el distanciamiento social, la tranquilidad y la libertad), etc. Así, en esa primera etapa se deseaban experiencias menos masificadas, sostenibles y más cercanas, que garantizaran confianza y sensación de control: turismo nacional familiar, viajes en coche y a destinos locales ─lo que beneficia a pueblos y zonas rurales─, vuelta a la naturaleza, etc.

Los turistas buscan cada vez más experiencias profundas y transformadoras, trato personalizado, microproductos turísticos adaptados y a medida, etc. El II Congreso Internacional de Turismo de Interior de Andalucía (2020) destacó la importancia de la microsegmentación: «Asistimos a una nueva era, en la que la actividad turística se basa en micro nichos, de muy pequeño tamaño, pero tremendamente rentables. Saber identificar las necesidades y satisfacerlas se convierte en uno de los principales retos para empresas y destinos». Diferenciación, autenticidad e innovación se identifican como las tres claves para el desarrollo de los microsegmentos en el turismo de interior.

Con un consumidor experimentado y un tiempo libre a disposición de millones de personas, hemos pasado de la producción y el consumo en masa a un deseo de consumo personal e individual, lo que ha dado lugar a un producto turístico a la carta. Turismo individualizado centrado en intereses especiales: agroturismo, turismo gastronómico, ecoturismo, observación de aves, astroturismo, etc. El turista de interior busca experiencias profundas, transformadoras y un trato personalizado. Un turista, un destino, una experiencia.

La demanda empieza a decantarse por ofertas de «experiencias», en las que se valoran los viajes activos y ricos en emociones, buscando una variedad de actividades que permitan el contacto con la historia, la cultura, el medio ambiente y las personas. Por tanto, la tendencia actual es buscar oportunidades de actividades con las que vivir experiencias agradables a través del contacto directo y cercano con destinos naturales y rurales, especialmente para aquellos turistas más informados y con una visión consciente del impacto turístico. Los turistas consideran en su decisión el encuentro con la población local, las oportunidades de aprendizaje, así como el disfrute del territorio.

En este contexto, el agroturismo desempeña un papel clave: «El consumidor desea entrar en contacto con la ruralidad y el campo, ya sea para encontrar sus raíces o simplemente para desconectar de la ciudad. Muchas generaciones de las sociedades urbanas actuales ya no mantienen sus vínculos familiares con el medio rural y, en consecuencia, se sienten atraídas por un espacio desconocido […] Los productos turísticos de los destinos de interior deben reflejar la identidad del territorio y deben centrarse en segmentos de la demanda comprometidos con la cultura local de los lugares a los que viajan […] Los destinos de interior deben esforzarse por transformar los recursos existentes e incluso los productos turísticos en emociones que hagan memorable la experiencia turística, de modo que los turistas estén dispuestos a pasar más tiempo en el destino y gastar más dinero. En última instancia, si los destinos no pueden emocionar a los turistas durante su visita, difícilmente serán tenidos en cuenta por el cliente potencial» (Universidad de Jaén, 2020).

En este caso, aprender a ordeñar una vaca, esquilar una oveja, alimentar al ganado, hacer queso o pan, recoger fruta o participar en el laboreo de la tierra son algunas de las experiencias que pueden vivir los agroturistas para escapar de la vida urbana. O simplemente tener una agradable charla con el granjero y su familia. Incluso pueden incorporarse algunas actividades que no están tan directamente relacionadas con la vida en la finca, pero que son complementarias y compatibles, como las consideradas turismo naranja o creativo (por ejemplo, hacer artesanía), bienestar (en sentido amplio: baños de bosque, meditación, yoga, mindfulness, masajes) u observación de aves. Vivir la experiencia, de eso se trata. Actuar (por un tiempo) como agricultor, solo por diversión, solo para saber qué se siente. Agroturismo 4.0, acorde con los nuevos tiempos, pero sin perder la esencia ni el vínculo con lo agrario, con el factor decisivo en la elección del destino de vacaciones: vivir la experiencia en la explotación agrícola.

Integración e Impacto en la Comunidad Local

Con la creciente importancia de la multifuncionalidad y la sostenibilidad en el marco de la PAC, los agricultores no solo son considerados responsables de la producción de alimentos, sino también del mantenimiento del paisaje agrario y, por extensión, del mundo rural. Por tanto, en el campo convergen funciones productivas (agricultura y ganadería), recreativas (agroturismo y turismo rural) y estéticas (paisaje agrario).

Muchos habitantes de las ciudades buscan el contacto con la vida agraria y rural, como si se tratara de un enclave idílico, lo que implica superar nuevos retos, como la necesidad de consumir productos auténticos y de calidad y de volver a conectar con sus raíces, buscando nuevas tendencias de turismo no masificado. Estos turistas suelen consumir más productos locales y ecológicos, frecuentan restaurantes más típicos y prefieren el agroturismo. No en vano, la producción agrícola del agroturismo suele ser más respetuosa con el medio ambiente: por ejemplo, en Italia, el 26,6 % de las explotaciones agroturísticas han adoptado la producción ecológica (frente al 7,4 % de las demás explotaciones).

El agroturismo, por sus características, está profundamente arraigado en el territorio en el que se desarrolla y tiene implicaciones que van mucho más allá de la propia actividad recreativa. Es inevitablemente turismo de proximidad, km. 0 (de la granja a la mesa, en este caso). Conocer, experimentar y disfrutar de la vida en la granja, en algunos casos casi como un miembro más de la familia (durante unos días), es el principal motivo de las vacaciones. Por supuesto, podemos encontrar desde experiencias realmente inmersivas hasta otras ligeras, pero al final, es la vida en el campo lo que atrae el interés de los turistas, tanto en la propia finca agrícola como en su entorno inmediato: el pueblo, la ciudad, la región.

Así pues, el agroturismo no solo repercute en la propia actividad agraria (los turistas demandan productos agroalimentarios para su abastecimiento, tanto de la explotación como de los productores cercanos), lo que tiene implicaciones en términos de renta y empleo (los turistas gastan dinero en dormir, comer, comprar productos agrícolas y ganaderos, y contratar actividades y servicios de ocio), algo fundamental en territorios de renta baja como muchas zonas agrarias, sino que también desempeña un papel importante en el fortalecimiento de la identidad rural (hay personas dispuestas a pagar por conocer el modo de vida, la cultura, las tradiciones… locales; lo valoran y lo disfrutan) e incluso en la dotación de servicios e infraestructuras en las comunidades rurales (una zona poco poblada que recibe flujos turísticos y recreativos de cierta magnitud tiene necesidades adicionales que deben ser atendidas por las autoridades); lo valoran y lo disfrutan) e incluso en la provisión de servicios e infraestructuras en las comunidades rurales (una zona poco poblada que recibe flujos turísticos y recreativos de cierta magnitud tiene necesidades adicionales que deben ser atendidas por las autoridades).

Por tanto, no son solo los anfitriones, los que gestionan la finca, los que se benefician de acoger a los turistas, sino que toda la comunidad rural se beneficia indirectamente de alguna manera: restaurantes, bodegas, almazaras, tiendas de artesanía, museos y colecciones, empresas locales, etc. El agroturismo contribuye a conservar y revalorizar el patrimonio agrícola y rural, al tiempo que transfiere los conocimientos tradicionales para las generaciones futuras y mantiene el patrimonio edificado, las tradiciones y el patrimonio inmaterial ancestral.

Y aún hay otros beneficios del agroturismo, esta vez para los visitantes. Las actividades de educación e interpretación medioambiental, como el compostaje, la jardinería, la recolección de hierbas aromáticas o la elaboración tradicional de alimentos o bebidas, ilustran la relación entre turistas, agricultores y medio ambiente, que es un rasgo distintivo del agroturismo, y contribuyen a aumentar la conciencia medioambiental de los viajeros. Solo un ejemplo: en Italia, país europeo líder en el sector del agroturismo, los datos del censo muestran que en 2020 la proporción de superficie agrícola ecológica utilizada por las granjas de agroturismo (32,3 %) era el doble que la de otras granjas, y superior al objetivo (25 %) fijado por la estrategia «De la Granja a la Mesa» para la UE en 2023 .

Esta parte del módulo de formación es una versión ampliada para que los educadores y asesores en agroturismo puedan encontrar información extra y profundizar en algunos contenidos. No todas las unidades se consideran con el mismo nivel de profundidad.

Definición de agroturismo

  • En 2005 se celebró la I Conferencia Nacional de Agroturismo en España. Se acordó una especie de definición, tal y como se recoge en el documento de conclusiones: «podemos hablar de agroturismo cuando el alojamiento en zonas rurales se realiza en el hábitat de la población rural, lo que facilita una relación más estrecha con los habitantes y la vida en el campo. El objetivo principal es diversificar las actividades en la explotación para mantener la población y permitir el aumento de las rentas agrarias». Así pues, los ingresos de las actividades turísticas son un complemento de los procedentes de la agricultura. Y esas actividades deben estar vinculadas a una explotación activa. La acogida por parte de los agricultores es la clave, por encima de las propias instalaciones. Es decir, la comunicación y el respeto mutuo entre los anfitriones (que muestran su lugar, su profesión, sus productos locales, etc.) y los huéspedes.
  • El agroturismo ha ganado popularidad en los últimos 20 años y el volumen de literatura de investigación en este campo crece continuamente. Su definición varía en todo el mundo (a veces incluso en el mismo país, como en España. Consultar el informe sobre agroturismo en España para más detalles) en función de un conjunto de delimitaciones geoculturales y normativas. Por ello, el comité de Definición y Normas de la Red Global de Agroturismo (https://agritourism.eurac.edu) se dedica a formular una interpretación global exhaustiva basada en valores amplios. Esa fue una de las actividades incluidas en el II Congreso Mundial de Agroturismo celebrado en mayo de 2024.
  • Sourav Rauniyar et. al (2020)., Agritourism: structured literature review and bibliometric analysis. Se analizaron los datos bibliográficos de 459 investigaciones publicadas, obtenidas de las bases de datos Web of Science y Scopus para el periodo 1980-2019. Los resultados muestran que «el agroturismo se conceptualiza en términos generales como una amalgama de recursos, actividades y tradiciones agrícolas con fines lúdicos y educativos, que se sirve como producto turístico y, en última instancia, aumenta los ingresos de los agricultores». Esta teorización tan diversa del agroturismo por parte de los investigadores hace que una revisión bibliográfica sistemática del agroturismo sea una tarea notablemente necesaria y también conceptualmente desafiante».
  • Lista de referencias de la Red Global de Agroturismo, lc.cx/WtcvEW

Historia del agroturismo

  • Busby, G., & Rendle, S. (2000). The Transition from Tourism on Farms to Farm Tourism. Tourism Management , 21, pp. 635-642,
  • Tradicionalmente, la Política Agrícola Común se financiaba a través de un único fondo, el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA), que fue sustituido en 2007 por el Fondo Europeo Agrícola de Garantía Agraria (FEAGA) y el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER). Para el periodo 2021-2027, la PAC tiene asignados 387.000 millones de euros: 291.100 millones de euros del FEAGA y 95.500 millones de euros del FEADER.
  • Más información sobre la PAC
  • Más información sobre los fondos de la PAC
  • Guía de financiación de la UE

Panorama general del mercado del agroturismo

  • A pesar de que rara vez se recogen datos específicos sobre agroturismo, podemos encontrar algunos informes o investigaciones sobre el mercado agroturístico, como este de una empresa privada. Pero, ¿son realmente fiables cuando no se recogen datos oficiales y el agroturismo se define de forma diferente en cada territorio?

Buenas prácticas en agroturismo

Normativa sobre agroturismo

Experiencias y Personalización

Definir el agroturismo no es tarea fácil, sobre todo cuando se necesita una definición global. Hay varios elementos implicados que aportan muchos matices. Los contextos geográficos, históricos, jurídicos y culturales son fundamentales y, al final, diferenciales. Sin embargo, hay un elemento central claro: el estrecho vínculo entre el agroturismo, las explotaciones agrarias, el medio rural y el patrimonio rural.

Además, la falta de datos específicos y los solapamientos con otros nichos de mercado añaden confusión.